el 15/02/2018 a las 19:47
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Lo que caracteriza a un gobernante no es, al fin y al cabo, que siempre actúe con bondad u honestidad, ya que como bien dice Laura, el ser humano es por naturaleza avaricioso y ambicioso, y siempre mirará antes por su propio beneficio que por el beneficio público. Y al igual que también han comentado, una vez que llegas al poder, haces lo que sea por afianzarlo, aunque muchas veces estos poderosos se den o no cuenta de que lo que esto conlleva puede perjudicar aún más al pueblo. Por tanto, como dice Patricia, la visión que realiza Maquiavelo sobre la realidad política de su época (aplicable a todas las demás, sin excluir a la actual) es totalmente descriptiva y realista. Con esto se puede afirmar, en contraposición con parte de las demás Utopías del Renacimiento, que siempre el ser humano va a ser tendente a comportarse de la misma forma, ambicioso y avaricioso. Por lo que, aunque se empatice en mayor o menor medida con esta visión de Maquiavelo de separar la ética de la política, y de que "el fin justifica los medios", debemos reconocer que una amplia parte de la política a lo largo de la historia (incluida la actualidad) estuvo, está y estará basada en estos principios.