¿Somos libres o nos sentimos libres?
Alba
el 11/03/2018 a las 19:22 Citar este mensaje
La libertad es un tema que preocupa a muchos ciudadanos, especialmente a los filósofos. Durante años, diferentes pensadores como son Hobbes, Descartes, Kant... han estado buscando una respuesta a este gran enigma que hoy en día nos rodea. Desde mi punto de vista, considero que las personas somos mucho menos libres de lo que creemos. Podemos empezar diciendo que nosotros no podemos elegir si realmente queremos nacer, ni tampoco decidimos cuándo vamos a morirnos. Como tampoco podemos decidir los rasgos físicos que nos definen (género, nombre, altura, contextura..). Por esto mismo, me resulta contradictorio que a veces hablemos de libertad cuando ni siquiera tenemos poder de decisión en los hechos más elementales de nuestra vida.
Es importante tener en cuenta que nuestro comportamiento, y con ello nuestras elecciones, están altamente influidas por la cultura, el ambiente, la educación, los hechos que nos rodean... En consecuencia, podemos decir que somos un mero reflejo de la realidad en la que vivimos. Esto podemos observarlo en muchos campos característicos como por ejemplo la ropa que llevamos, las creencias que tenemos etc. Por ejemplo, si vivimos en España no vestiremos de la misma forma de la que lo hacen las personas que viven en un país musulmán (llevando una prenda imprescindible, el burka) , puesto que la influencia social nos incitará a llevar ropa característica de nuestro país. También muchas veces nos dejamos influir por las cosas que están de moda. Lo mismo sucede con nuestra ideología, la cual dependerá de la cultura y religión que creamos.
En conclusión, los seres humanos no somos libres, sino que sentimos que lo somos porque creemos que tenemos la capacidad de elección antes las diferentes situaciones de nuestra vida ; cuando en realidad lo que no sabemos es que a la hora de elegir estamos condicionados bajo unas circunstancias que nosotros previamente no hemos podido escoger (ambiente, cultura, religión, familia..).
Es importante tener en cuenta que nuestro comportamiento, y con ello nuestras elecciones, están altamente influidas por la cultura, el ambiente, la educación, los hechos que nos rodean... En consecuencia, podemos decir que somos un mero reflejo de la realidad en la que vivimos. Esto podemos observarlo en muchos campos característicos como por ejemplo la ropa que llevamos, las creencias que tenemos etc. Por ejemplo, si vivimos en España no vestiremos de la misma forma de la que lo hacen las personas que viven en un país musulmán (llevando una prenda imprescindible, el burka) , puesto que la influencia social nos incitará a llevar ropa característica de nuestro país. También muchas veces nos dejamos influir por las cosas que están de moda. Lo mismo sucede con nuestra ideología, la cual dependerá de la cultura y religión que creamos.
En conclusión, los seres humanos no somos libres, sino que sentimos que lo somos porque creemos que tenemos la capacidad de elección antes las diferentes situaciones de nuestra vida ; cuando en realidad lo que no sabemos es que a la hora de elegir estamos condicionados bajo unas circunstancias que nosotros previamente no hemos podido escoger (ambiente, cultura, religión, familia..).
el 11/03/2018 a las 23:15 Citar este mensaje
El debate sobre la existencia o no de la libertad humana genera mucha controversia. Parece que algunos experimentos han arrojado algo de luz al asunto, inclinando la balanza en favor del determinismo. En ellos, los científicos monitorizaban y analizaban el cerebro de los pacientes sometidos a la prueba y eran capaces de saber, antes que el propio paciente, la decisión que irían a tomar. Es decir, una demostración de que no somos realmente libres, ya que es nuestro cerebro, quien, sin que nosotros seamos conscientes, valora y elige por sí solo cómo actuar. Nosotros, somo simples marionetas que vivimos engañadas pensando que tenemos el control, cuando es nuestra mente quien lo tiene y nos pretende hacer creer lo contrario.
El problema viene entonces al concretar qué es exactamente cada uno, es decir, si puede decirse que algo o alguien que no seamos nosotros es el decisor, o, al tratarse de nuestra propia mente, somos nosotros pero inconscientemente. Aunque, sinceramente, eso carece de mayor interés, puesto que al fin y a cabo de nada nos sacaría saber si hablamos de uno o de dos individuos que ejercen el control, ya que la verdadera preocupación es por nuestra libertad. Y, aparte de esos casos experimentales, vemos claramente en nuestro día a día comportamientos que deberían hacernos sospechar que actuamos en función de nuestros instintos, como puros animales: nutrirnos, reproducirnos, dormir... Forman parte de nuestra supervivencia, y no elegimos hacerlas por voluntad propia, sino que nos es irremediable para vivir. Con lo cual, si el determinismo existiera, como todo parece apuntar, el libre albedrío sería totalmente una ilusión. Y en ese caso, el destino pasaría a ser pura ciencia, y no fantasía o superstición, ya que nuestros caminos estarían verdaderamente marcados y elegidos previamente, sin que podamos hacer nada por impedirlo o modificarlo.
Por un lado, la existencia del destino parece una idea muy romántica cuando se habla de "amores verdaderos" y semejantes, pero, puesto que el juntarnos con una persona tiene como último fin el garantizar la supercivencia de nuestros genes, estamos determinados a ello y forma parte de un instinto, lo que hace que pierda la "magia" y el romanticismo, pues volvemos a estar obligados a ello por simple supervivencia. Además, creer en esta teoría del destino, podría ser un poco radical a la hora de justificar la gente que muere prematurmente. Es decir, por un cáncer, en una guerra, asesinados, etc. Ya que si fuéramos una especie de Dios que pudiera poseer todos los datos del entorno de una persona, tendríamos información suficiente para ir tirando del hilo en la historia de su vida y predecir las situaciones que se darían y su actitud a respecto, pudiendo llegar al momento de su muerte.
Aunque, como antes dijimos, de nada nos sacaría esto tampoco, pues sería también un destino inevitable. En definitiva, si bien el determinismo, tanto mental como global (de nuestra vida entera), existiera, no debería importarnos, porque no nos afectaría lo más mínimo saberlo o no, ya que sería totalmente inalterable. De no ser así, no estaría determinado, y, paradójicamente, ese determinismo no podría existir. Por lo que no considero que se relevante en nuestra vida diaria, y creo que debemos evitar pensar en nuestra posible o no libertad, ya que nunca lo sabríamos.
Del mismo modo, de existir, el simple hecho de planteárnoslo estaría por tanto determinado desde un principio, por lo que no podríamos "ser más listos" que el destino, adivinando su funcionamiento, pues este mismo se basa en que ya lo había anticipado y siempre iría por delante de nosotros, sin importar cuánto nos propusiéramos avanzar en nuestros razonamientos y descubrimientos.
El problema viene entonces al concretar qué es exactamente cada uno, es decir, si puede decirse que algo o alguien que no seamos nosotros es el decisor, o, al tratarse de nuestra propia mente, somos nosotros pero inconscientemente. Aunque, sinceramente, eso carece de mayor interés, puesto que al fin y a cabo de nada nos sacaría saber si hablamos de uno o de dos individuos que ejercen el control, ya que la verdadera preocupación es por nuestra libertad. Y, aparte de esos casos experimentales, vemos claramente en nuestro día a día comportamientos que deberían hacernos sospechar que actuamos en función de nuestros instintos, como puros animales: nutrirnos, reproducirnos, dormir... Forman parte de nuestra supervivencia, y no elegimos hacerlas por voluntad propia, sino que nos es irremediable para vivir. Con lo cual, si el determinismo existiera, como todo parece apuntar, el libre albedrío sería totalmente una ilusión. Y en ese caso, el destino pasaría a ser pura ciencia, y no fantasía o superstición, ya que nuestros caminos estarían verdaderamente marcados y elegidos previamente, sin que podamos hacer nada por impedirlo o modificarlo.
Por un lado, la existencia del destino parece una idea muy romántica cuando se habla de "amores verdaderos" y semejantes, pero, puesto que el juntarnos con una persona tiene como último fin el garantizar la supercivencia de nuestros genes, estamos determinados a ello y forma parte de un instinto, lo que hace que pierda la "magia" y el romanticismo, pues volvemos a estar obligados a ello por simple supervivencia. Además, creer en esta teoría del destino, podría ser un poco radical a la hora de justificar la gente que muere prematurmente. Es decir, por un cáncer, en una guerra, asesinados, etc. Ya que si fuéramos una especie de Dios que pudiera poseer todos los datos del entorno de una persona, tendríamos información suficiente para ir tirando del hilo en la historia de su vida y predecir las situaciones que se darían y su actitud a respecto, pudiendo llegar al momento de su muerte.
Aunque, como antes dijimos, de nada nos sacaría esto tampoco, pues sería también un destino inevitable. En definitiva, si bien el determinismo, tanto mental como global (de nuestra vida entera), existiera, no debería importarnos, porque no nos afectaría lo más mínimo saberlo o no, ya que sería totalmente inalterable. De no ser así, no estaría determinado, y, paradójicamente, ese determinismo no podría existir. Por lo que no considero que se relevante en nuestra vida diaria, y creo que debemos evitar pensar en nuestra posible o no libertad, ya que nunca lo sabríamos.
Del mismo modo, de existir, el simple hecho de planteárnoslo estaría por tanto determinado desde un principio, por lo que no podríamos "ser más listos" que el destino, adivinando su funcionamiento, pues este mismo se basa en que ya lo había anticipado y siempre iría por delante de nosotros, sin importar cuánto nos propusiéramos avanzar en nuestros razonamientos y descubrimientos.